Inglaterra se caracterizó por ser la cuna de los experimentos con las llamadas “ondas invisibles”, la cuales permite la transmisión sin sonido; sin embargo este invento no fue obra de un inglés, sino de un italiano radicado en Inglaterra: Guillermo Marconi (1874-1937). Los experimentos de Marconi comenzaron a sus 20 años, en 1894 experimento con las ondas de Hertz en su natal Italia, patente de transmisión que solicitaría en Inglaterra para fundar la primera compañía de transmisión por voz.
Es justo señalar que todo esto de la radio se debe a la ondas, descubiertas por el alemán Heinrich Hertz, en 1887, mediante un circuito que producía ondas que viajaban por el espacio y eran detectadas por un cable eléctrico que servía de antena. En su honor, las ondas de radio se denominan «hertzianas». Hertz ya había fallecido cuando el joven Marconi, en los Alpes, fascinado por las lecturas que hablaban de él, intentaba aplicar su descubrimiento.
La primera señal de radio transatlántica se llevó a cabo en 1901, desde Inglaterra hasta Terranova. Esta señal del tipo S en clave morse, viajo recta a pesar de que la tierra es curva. Lo curioso radica en que como la señal es recta debió haberse perdido en el espacio, sin embargo en 1924 se descubrió, para beneplácito de la evolución de la radio, que las señales rebotan en la Ionósfera de la Tierra.
En 1906, el canadiense Reginald Fessenden realizó la primera transmisión de música y voz desde una emisora en Massachusetts. Pero para que la radio llegara a todos los hogares tuvo que darse una serie de descubrimientos; por ejemplo, que materiales como el silicio o la galena (sulfuro de plomo) posibilitaran detectar ondas con mayor facilidad. Éstos permitieron la creación de las válvulas termoiónicas, diseñadas por Lee de Forest, que podían sintonizarse con más precisión y amplificar la señal para activar los parlantes.
La primera voz humana a través de señales, cruzó el Atlántico en 1915, desde Virginia en los Estados Unidos hasta un receptor ubicado en la famosa Torre Eiffel en la ciudad luz de París.
Las primeras transmisiones públicas se produjeron en 1920, desde Chelmsford (Gran Bretaña), por iniciativa de la compañía inglesa creada por Marconi Sin embargo, la primera estación con emisiones radiofónicas regulares fue la KDKA de Pittsburg Pensilvania en los Estados Unidos de América.
Si hay un hito en la historia de la radiodifusión mundial con el que se puso de manifiesto su impacto, éste fue la emisión de «La guerra de los mundos», del escritor H. G. Wells, en 1938. La interpretación de un joven Orson Wells fue tan convincente que el pánico cundió entre miles de personas que creyeron que realmente los extraterrestres estaban invadiendo la Tierra.
La radio incorporó con el tiempo a su programación cuentos, teatro, música y por supuesto noticias, algunos de nosotros todavía recordamos las famosas radionovelas y las historias de bandidos, villanos y del viejo oeste que se transmitían por este medio y eran las favoritas de los oyentes.
Los actuales niveles de evolución de la radio han llegado como con la miniaturización de los componentes, aunque este invento tiene ya un futuro incierto, debido a la aparición de los celulares, los sistemas MP3 y MP4 y la televisión, seguramente siempre encontrará un uso y aplicación en otros campos o seguirá siendo empleado por aquellos que todavía no tienen los recursos para acceder a las modernas tecnologías. Un eslogan de una popular radio de mi país quizá sea el presagio del futuro de este ya centenario invento, este señala que “La Radio esta más cerca de la gente”, y verdaderamente quién podría decir que esto no es verdad.
Créditos: imagen de una Radio de la colección privada de antiguedades del autor.