La historia y la tradición
El sumo esta muy influenciado por el pensamiento budista y el espíritu sintoísta. Las menciones mas antiguas del Sumo fueron halladas en Kojiki, el más antiguo libro escrito en japonés que aun se conserva. Este fue presentado a la Corte Imperial en el año 712 de nuestra era. En este figura un relato de cómo la posesión de las islas japonesas se consiguió gracias al Sumo.
Dice que hace alrededor de 2.500 años, los dioses Takemikazuchi y Takeminakata se batieron a duelo en un combate de Sumo. La victoria del primero permitió que el pueblo japonés ocupe todo el archipiélago.
La historia conocida empieza en el año 642 cuando la emperatriz Kogyoku hizo que sus guardias de palacio entrenaran en este deporte para con el poder entretener a los visitantes. Con el paso del tiempo, los combates empezaron a tener otros significados y rituales.
Por 4 siglos, hasta el XII el día 7 de julio se llevaba a cabo un encuentro en el que se imploraba por la paz y una buena cosecha.
Poco después de eso cuando los luchadores empezaron a recibir estipendios por parte de los señores que querían que los rikishi llevaran su nombre en los delantales ricamente confeccionados con los que entrenaban en el doyho.
En la actualidad el Sumo amateur es practicado por hombres y mujeres es el más difundido y la Federación Internacional de Sumo cuenta con 130 países afiliados. El Sumo profesional solo se practica en Japón.
En el momento de la lucha, los sumatori visten el conocido mawashi, una especie de cinturón de entre seis y siete metros de largo que enroscan en su cintura.
En Japón los luchadores de Sumo son unas especies de estrellas que ganan muchísimo dinero y son muy reconocidos. Sin embargo no todo es de color de rosa para los luchadores. El entrenamiento que deben realizar es muy duro y a él dedican gran parte del día. Lo llevan acabo en la heya o casa de sumatoris en donde también se pueden quedar a dormir los solteros y los de rango más bajo. Los de rango inferior además llevan acabo tareas de limpieza del lugar y preparan la comida.
Y desde ya que alimentar a sus compañeros no es tarea simple. Un luchador de Sumo consume alrededor de 18 mil calorías diarias. Ocho veces más que un hombre de contextura normal. Como ejemplo te podemos decir que una cena puede tener 2 lenguados enteros fritos, 12 pastelitos de carne, 2 cuencos de arroz grandes, 2 patas de pollo fritas, 500 gramos de galletas de mantecas 2 vasos de sake (vino de arroz) y un poco más de un litro de cerveza. El plato preferido de los luchadores de Sumo es el chanki-nabe, una especie de estofado que les otorga muchas fuerzas.
Las peleas de Sumo en si duran 15 segundos. El objetivo de las mismas es que in luchador logre evitar que su oponente quede fuera del dohyo o que cualquier parte de su cuerpo, excepto la plantas de sus pies sobre las cuales está parado, toque el suelo. Las reglas de este deporte son pocas: el propio combate es lo que menos tiempo tarda en realizarse. Pero como en todas las artes marciales japonesas, se tiene en cuenta la cortesía y el ritual. Después de saludarse, desde sus rincones se realizan algún shiko, es un gesto que consiste en levantar la pierna y dejarla caer violentamente contra el suelo, luego se enjuagan la boca con agua purificadora y arrojan sal sobre el dohyo, también para purificarlo. El combate empieza cuando ambos luchadores tocan el suelo con ambas manos. Y finaliza antes de que uno se de cuenta.
Imágenes de jugadores de Sumo.
eso es asqueroso y gordo parecen unas bolas de grasa que asqueroso ser asii iiiuuuuuuuu que ascoooooooooooooooooooo ser tan grasoso!!! 😛 :S iiiuuuuuu
QUE FEO ESO HORRIBLE