La menopausia femenina ocurre una sola vez y es para siempre, en cambio, los varones pasan por diferentes procesos que se van gestando con el paso del tiempo. El reloj biológico, tanto a mujeres como en hombres va actuando lentamente, si bien es cierto que no se puede establecer una edad fija para marcar el declive se sabe que a partir de las cuatro décadas se empiezan a ver ciertos problemas, por ejemplo, en algunos casos se empiezan a ver las primeras cardiopatías.
En los hombres a partir de los 40 años se puede observar un declive de andrógenos (hormonas masculinas) que van envejeciendo paulatinamente, esto se releja en síntomas clínicos y bioquímicas.
Este proceso no pasa de manera constante ni en todos los hombres, por este motivo en muchas ocasiones es difícil de diagnosticar.
El término “andropausia” no es el apropiado, porque a diferencia de los que pasa en la menopausia femenina, la fuente de hormonas no se corta en forma definitiva y de forma repentina, por ese motivo se suele llamar climaterio masculino o senescencia.
Este proceso hormonal es una disminución de testosteronas que puede ser la causante de los primeros problemas, la respuesta sexual del varón y es la encargada de generar el deseo. Este tema se encuentra directamente relacionado con el avance de la edad, a este avance de edad hay que agregarle que a medida el hombre crece se suman factores de riesgos como la diabetes o la hipertensión.
Estos problemas masculinos se encuentran acelerados por el estrés. De todos los varones con disfunciones en la erección entre el 20 y el 40% tiene problemas orgánicos y en los mayores de 60 años las causas son psicológicas.
Mientras las mujeres van agotando las reservas fértiles cuando van pasando los años, los varones siguen produciendo esperma todos los días, sin embargo, la cantidad, la calidad y movilidad de los espermatozoides van empeorando con la edad, una de las funciones de la testosterona es mantener la espermatogenesis.
Los especialistas en investigar los daños del ADN del esperma de los hombres maduros dicen que el declive puede deberse a la oxidación, algo que inevitablemente pasa en las células a medida avanza el tiempo.
Para disminuir los riesgos es bueno llevar una vida sana, dejar de fumar, comer sano y menos y sobre todo hacer ejercicio.
Hacer ejercicio reduce en forma significativa la insulinorresistencia y si uno ya es diabético ejercitarse colabora en controlar los niveles de glucemia.
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Imagen del simbolo masculino
Cada fase de nuestra vida hay que saber vivirla. Si nos dedicamos a ver el vaso medio lleno en vez de medio vacio nos daremos cuenta que la madurez es una época para hacer otras cosas que tal vez cuando eramos jovenes no haciamos como viajar, los hijos ya tienen una determinada edad y por lo tanto estamos más libres para ir al teatro, cine o hacer otro tipo de actividades. Sepamos ver siempre las cosas buenas que tenemos y seguro que veremos más de las que creiamos.