Los shuar
Los indios shuar, habitantes de la Amazonia, fueron llamados por los españoles como “jíbaros”. Ellos reducían las cabezas de sus enemigos y con ellas hacían grandes trofeos.
Cuando el rival se encontraba muerto, se le cortaba la cabeza rápidamente, se realizaba un corte desde la nuca hasta abajo, luego se le sacaba el cráneo y el cerebro y se ponía a hervir la cabeza por 15 minutos, por este motivo se reducía a la mitad el tamaño de la misma. Después se la secaba y se le sacaban las impurezas de la piel, se le cocía los ojos y la incisión de la nuca, a través del cuello se metían piedras calientes para que esta no se deformase y luego se la cerraba, por su boca también se agregaba arena caliente, lo que hacia que su tamaño se volviera menor.
El último paso consistía en vaciar la arena, se cocían los labios y se teñía la piel de color negro.
Este procedimiento era llamado ritual de “tzantra” y era una de las formas más siniestras de obtener un trofeo de guerra. El procedimiento lo dio a conocer Alfonso Graña, quien emigró a América Latina en el siglo XIX, luego de vivir en Brasil por unos años se fue a vivir a Perú a la Selva Amazónica con un compañero, el cual fue muerto por esta tribu. Alfonso tuvo más suerte, ya que la hija del rey de estos indígenas se enamoro de él, convirtiéndolo en Alfonso I de la Amazonia.
Egipto
El faraón Merenptah decimotercer hijo de Ramses III que gobernó Egipto por el año 1225 aC no se quedo atrás a la hora de premiar a su gente con cosas siniestras. El trofeo en este caso consistía en las manos, las lenguas y los penes de más de 1.200 enemigos.
Roma
Los romanos, por su parte cuando llegaron a Egipto demostraron su victoria sacando de ahí miles de gatos (animales sagrados en aquel país) estos se convirtieron en trofeos bélicos en su conquista del Nilo, esta fue la forma en que se introdujo el gato en Europa. Al mismo tiempo los generales romanos regalaban a sus soldados coronas de hierbas confeccionadas con aquellas que se tomaban del territorio conquistado.
En América Prehistórica uno de los trofeos más importantes eran los huesos de los enemigos.
También el deporte tiene una historia negra en la obtención de los trofeos, en Chichón Itza se jugaba a la pelota maya, en un patio de forma alargada reunían a los jugadores de ambos equipos, el objetivo era introducir la pelota por un agujero pequeño de piedra que se ubicaba en a pared. Cuando terminaba el juego se llevaba a cabo una ceremonia religiosa en la que se terminaba con el sacrificio de los vencidos y con la decapitación del capitán. Los cuerpos se mostraban por el campo cubriéndose se sangre como un símbolo de la victoria.
Imagen de los Shuar