El agua se ha convertido, sin lugar a dudas en uno de los bienes más preciados del mundo. El acceso a las diferentes fuentes de agua ha sido el motivo de peleas por siglos. El aumento considerable de la población y la próxima escasez de este recurso hacen que estemos a punto de vivir una crisis global.
Antes de empezar a desarrollar este artículo, te presentaremos unas cifras para que entiendas en que contexto nos manejamos:
- 1.000 millones de personas no pueden acceder al agua potable.
- Se cree que unos 2.600 millones de personas no tienen las adecuadas medidas de saneamiento.
- Más de 2 millones de habitantes de los países subdesarrollados, gran parte de ellos niños, mueren anualmente como consecuencias de enfermedades que los expertos asocian con la falta de agua potable e higiene.
Una de las primeras tecnologías que ha desarrollado el hombre es la permite abastecer a los campos y a las casas de agua. Y como muchos saben, sin agua no hay civilización. Nadie sabe con exactitud cual fue el origen de esta tecnología. Algunos de los túneles, de varios kilómetros de largo fueron excavados en el siglo IX, pero lo más increíble es que el uso del agua está relacionado en forma directa con las prácticas religiosas.
Hay una red de Templos del Agua desde los cuales los sacerdotes controlaban la producción agrícola. En el Templo del Cráter del Lago, además de oficiarse las ceremonias religiosas más sagradas, se aprobaban los nuevos sistemas de irrigación, y se asesoraba sobre las nuevas construcciones.
Al ser, el agua, un recurso tan elemental, no es raro pensar que se haya encontrado unido a la religión desde tiempos inmemorables. Los chamanes, aborígenes australianos transmiten la ubicación de los pozos y manantiales a sus discípulos a través de las “líneas de canciones”. Un error en la letra quiere decir que no encontrará agua en el desierto de Australia.
En el imperio Olmeca (precolombino) el sistema de acueductos que se usaba para proveer de agua a los asentamientos estaba basado en la talla de largos bloques de basalto en forma de U, contando también con un carácter sagrado.
En Egipto, por su parte, existían las “casas del agua”, las mismas fueron establecidas por los faraones y en ellas se planificaban la construcción de diques, se reparaban los canales para aprovechar de la mejor manera posible las inundaciones del Nilo (que se producían anualmente).
Por otra parte, los sistemas de distribución de agua empezaron a aparecer más tarde. El primero que se construyó fue en el año 691 aC por el asirio Senaquerib. Él se encargó de levantar una presa en el río Khosr y encauzó el agua a lo largo de 55 kilómetros hasta los jardines del palacio, al norte de Nínive.
Todo esto es historia, y por más interesante que sea, nos lleva a una realidad más dura y cruel. Es increíble que en pleno siglo XXI sólo una de cada cinco personas tengan acceso al agua potable, y muchos millones deben caminar decenas de kilómetros para obtener un poco, cantidad que no alcanza ni por casualidad a los 50 litros que (según la ONU) un ser humano necesita a diario para poder cocinar, lavarse y limpiar su hogar. Y lo más asombroso de todo es que en Occidente gastamos 5 veces más que la cantidad mínima necesaria.
En el siglo XX la población mundial se ha triplicado y el uso del agua se ha multiplicado por 6 y se prevé que durante los próximos 50 años la cantidad de humanos viviendo sobre el planeta se incrementará un 50 por ciento más el gasto diario de este recurso. El problema es de tal importancia que hasta las Naciones Unidas predicen que los próximos 25 años el agua será la primera causa de conflictos y guerras en aquellas regiones de África donde ríos y lagos pertenecen a diferentes países.
Y como broche, te brindaremos un espacio en donde podrás compartir una filmación que se realizó en 14 países a lo largo de 6 años. One Water es una auténtica sinfonía de color y música. Y recuerde siempre que “miles han vivido sin amor, pero nadie sin agua”.
Imagen: kindernothilfe.org