La Edad de Oro de Atenas fue el período que empezó en el siglo IV (y duró apenas 60), cuando la ciudad era la más rica y poderosa de toda Grecia. Además era el hogar de los mejores filósofos, estadistas, artistas y dramaturgos del momento, quienes realizaron magnificas obras que son valoradas hasta en la actualidad.
Atenas estaba gobernada por una democracia. Cualquier ciudadano podía participar en el gobierno de su ciudad y después del año 450 aC el Estado le pagaba por hacerlo. Pericles estaba convencido que en eso se basaba la gloria de Atenas, por eso solía decir: “Aquí, el poder no está en manos de una minoría sino en todo el pueblo”.
El cuerpo gubernamental de la ciudad era la Asamblea o Eclesia, donde se reunían cada nueve días y en la cual todos los ciudadanos tenían derecho a hablar. Un consejo de 500 ciudadanos elegidos al azar, se reunían todos los días para preparar los asuntos que llevarían ante la Asamblea.
Los Comités trataban diariamente los asuntos de la ciudad; cada uno de ellos tenia diez miembros, que incluían inspectores de pesos y medidas de impuestos, comisiones policiales, de limpieza de calles y de seguridad. Sólo tres docenas de puestos eran ocupados mediante elecciones, se trataba de cargos tales como los comandos militares, donde la experiencia era esencial.
En Atenas no había ni jueces ni abogados, para decidir si una persona era culpable de un delito del cual se la acusaba, se elegía al azar un jurado de 200 o 500 personas que escuchaban el caso y luego realizaban una votación en secreto.
Pericles manifestaba estar completamente seguro de que el más simple de los artesanos comprendía todas las responsabilidades de la ciudadanía. Y quizás tuviera razón, pero los valores del mundo han cambiado un poco y hoy por hoy para tener determinados cargos se necesita contar con experiencia además de conocimientos.
El ascenso de Atenas empieza en el año 479 aC con la victoria griega sobre los persas, en la cual desempeñaba un papel muy importante la flota ateniense. Como los persas avanzaban sobre las ciudades griegas orientales, las naves de guerra atenienses intervinieron rápidamente liberando las ciudades. Con éstos y con otros griegos orientales Atenas formó una alianza (la Confederación) cuyos miembros donaban naves y/o dinero para los cuarteles generales de la isla sagrada de Délos, en el mar Egeo.
En poco tiempo los atenienses se hicieron muy poderosos dentro de la Confederación, hasta tal punto que Pericles utilizó el dinero de los fondos recaudados para embellecer Atenas. Como era de esperar, los otros miembros de la Confederación se oponían que su dinero se usara para reconstruir Atenas, además, se sentían tratados más como esclavos que como si fueran aliados.
Después de un tiempo, en el año 421 los atenienses fueron a la guerra contra Esparta y sus aliados, cuyo comercio se encontraba amenazado por Atenas. Pericles había convencido a la gente de los alrededores para que se encerrara en el recinto de Atenas, que estaba defendido por los Largos Muros, un corredor de 8 Km. entre la ciudad y su puerto, El Pireo. Lo que permitió que los espartanos destruyeran los campos de los atenienses pues de todos modos, conseguían los alimentos por intermedio de su flota.
Dos años después, al llegar la primavera, los espartanos invadieron y saquearon las tierras derrotando fácilmente al ejército de Atenas. Mientras tanto, la flota ateniense daba vueltas por el Peloponeso para atacar a Esparta y sus aliados. En otoño, los invasores se vieron obligados a regresar a su patria por más provisiones.
Después todo se convirtió en un gran desastre. Una terrible epidemia se desencadenó en Atenas y murió la cuarta parte de la población, incluso Pericles. La guerra aun continuaba y Atenas perdió varias oportunidades de firmar la paz, debido a sus grandes exigencias. La paz se logró en el año 421, pero luego Atenas envió una expedición para atacar Siracusa, poderosa ciudad siciliana, lo cual fue un completo fracaso.
La guerra siguió hasta el año 404 en que fue destruida la última flota ateniense y después de un ataque, la hambrienta ciudad se rindió ante los espartanos.
Fuente: Antigua Grecia
Imagen: personajesgriegos.blogspot.com
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Adios cuidense besos