La gastronomía peruana es pura fusión. Es mezcla continua que comienza con la llegada de los españoles, se alimenta de insumos y preparaciones árabes, del sabor africano, del ingenio chino, la técnica japonesa, y más adelante, de la tradición italiana. Es una fusión continua que evoluciona, se transforma, se retroalimenta y crece, engrandeciendo sabores.
Si analizamos un libro de cocina tradicional peruana, probablemente notemos que la gran mayoría de platos son mezcla de culturas y herencias, y es que la evolución de la cocina peruana busca equilibrio y balance respetando bases y tradiciones.
No se busca estilizar la comida peruana, y que de esa forma pierda su esencia, texturas y sobre todo sus insumos, sino darle un toque modernidad y facilidad, de manera que pueda encajar mejor con los gustos extranjeros.
Claramente algo que hace destacar a la cocina peruana es la gran variedad de sabores, producto de la amplia gama de insumos disponibles en sus tierras, ya que el Perú es uno de los países que produce la mayor diversidad de tipos de verduras, frutas y otros. Los cuales se exportan a todo el mundo, y progresivamente nuevos ingredientes son incorporados en la gastronomía de otros lugares.
Conforme pasan los años, el Perú se ha convertido en una importante referencia en el ámbito de la gastronomía mundial. Incluso chefs expertos han ganado múltiples reconocimientos y galardones. Esto ha tenido como consecuencia que en muchas partes de mundo se esté valorando más la cocina peruana, y de esa forma, que empresarios inviertan más en ella, lo que ha motivado la aparición de una gran cantidad de restaurantes especializados en la gastronomía de ese país.
Todo los años uno de esos restaurantes tipo gourmet abre sus puertas en ciudades de todo el mundo, fascinando a su comensales con platos distintos y sabores nada familiares pero ciertamente inolvidables.
Para ponernos en gusto, una receta de estofado de conejo, tradicional de Perú: