Agua ¿de dónde viene?

En los artículos anteriores de Agua y Agua por todas partes, tambien en el Sol te fuimos contando cosas más que interesantes sobre esta sustancia. Por ejemplo, a mi me sorprendió saber que todo nuestro universo cuenta con ella. Ahora pretendemos seguir sorprendiéndonos con más curiosidades sobre este tesoro líquido.

Molécula de agua

La historia del agua comenzó hará millones de años cuando las primeras y más pesadas estrellas, que tenían masas de decenas de soles, acabaron sus días con una gran deflagración.
Esta explosión de supernova arrojo al espacio átomos de carbono, oxigeno, nitrógeno, azufre, silicio, hierro. Todos estos elementos fueron constituyendo un medio más que importante en el que antes solo se le daba importancia al hidrogeno y al helio que provenían del Big Bang.

Luego de cierta cantidad de tiempo y dejando que actúen ciertas leyes de la química, el oxigeno y el carbono se unificaron para formar el monóxido de carbono. Una pequeña cantidad de oxigeno (alrededor del 0.5 por ciento) fue quien formó el vapor de agua, la molécula triatómica que reina con supremacía en el universo.

A medida que la temperatura fue bajando, los óxidos metálicos formaron silicatos y se fueron condensando en granos sólidos ultramicroscópicos que el vapor de agua fue recubriendo a medida que formaba como una carcaza de hielo.
Por primera vez en la historia del cosmo apareció la materia sólida.

Además de estar en todos lados, el agua cuenta con características que la hacen muy singular.
Su estructura esta formada por ciertas características que la hacen única. Formada por dos átomos de hidrogeno y uno de oxigeno dispuestos en un ángulo de 105º, con el oxigeno en el centro.

Ahí se encuentran sus raros puntos de fusión y ebullición.
El agua tendría que ser gaseosa a temperatura ambiente como el sulfuro de hidrogeno (H2S), pero es liquida ya que los electrones son atraídos con mayor fuerza por los protones del oxigeno que por el protón del hidrogeno.
De esta manera el oxigeno queda con una carga algo negativa y el hidrogeno cuenta con una pequeña carga positiva. Esto en química es conocido como una molécula polar.
Como consecuencia de esto el hidrogeno de una molécula tiene la capacidad de atraer al oxigeno de otra, produciendo la aparición de una unión entra ambas que recibe el nombre de enlace por puentes de hidrogeno. Esto lo describió con mucha claridad el Premio Nobel de Química, Linus Pauling en el año 1939 en su obra “La naturaleza del enlace químico”. A través de este enlace el agua se puede mantener liquida en un ambiente en donde las temperaturas oscilan en un amplio rango que van desde lo 0º a los 100º y cuente con la característica de que por ejemplo algunos insectos floten en su estanque.

Hablemos un poco de la tensión superficial.
Si nosotros pusiéramos agua en un recipiente hasta el borde y pusiéramos con cuidado una aguja muy fina en su superficie, veríamos que esta flota y no se hunde.
Esto es llamado tensión superficial. En el interior del recipiente, una molécula de agua se encuentra totalmente rodeada por otras y unidad entre si por puentes de hidrógeno, que si los tuviéramos que describir fácilmente, serian como muelles.
En la superficie esa molécula no tiene ninguna por encima, pero si a su lado y debajo de ella. Si tirasemos de ella hacia arriba, esos puentes entran en acción tirando a su vez hacia abajo. De esta misma forma al colocar una aguja presionamos las moléculas de agua al fondo y las adyacentes las empujan hacia arriba para intentar recuperar en su posición inicial. Si fueran 2 por ciento más intensas, no tendríamos la posibilidad de meternos en la pileta.

Contrariamente a lo que pensamos, el agua moja pero no mucho, esto es fácilmente comprobable al lavarnos las manos sin utilizar jabón para ello. Una de las funciones que cumple el jabón principalmente es reducir la tensión superficial para que el agua empape bien las prendas y actúe con más eficacia. Por eso mismo, al hidratar la piel se usan crema en vez de agua en su estado líquido.

Otra característica del agua es su gran capacidad calorífica, esto quiere decir que debemos exponerla a gran cantidad de calor para que aumente su temperatura.
Luego del amoniaco, el agua es la segunda sustancia que cuenta con la mayor capacidad calorífica conocida.
Esto significa que si ponemos a calentar un recipiente con agua y otro con alcohol, el agua tendrá que estar más tiempo expuesta al calor para que aumente su temperatura.
Esto tiene consecuencias en la circulación global de los océanos en el clima de la Tierra.

Al tardar más en calentarse nos quiere decir que a su vez tardará más en enfriarse. Ya que debe perder grandes cantidades de calor para que su temperatura baje de manera importante.
Por este motivo, las corrientes marítimas, tienen la capacidad de transportan mucha energía por todo el planeta.

Todo lo que te contamos es estos artículos es poco en comparación de los que el agua significa para nuestro universo y para nuestra vida. Quizás el ejemplo más claro que demuestra la importancia de la misma esta resumido en la frase del biofísico Félix Franks “De todos los líquidos conocidos, probablemente el agua es el más estudiado y el menos entendido”.

Imagen de Molécula de agua