No siempre existe belleza en los seres de la naturaleza, además la belleza es un concepto muy personal, lo que para uno es bello quizás para otros no lo sea tanto.
Por otra parte la belleza en si misma no es el objetivo de la evolución de los organismos, pero si existen ciertas fuerzas que llevan a los organismos a ser atractivos, los animales buscan llamar la atención en el sexo opuesto, así como las flores cuentan con atractivos para atraer a sus polinizadores.
Es bueno que sepamos que el rechazo que a veces sentimos por ciertos animales es injusto, por ejemplo, consideramos feos a los mamíferos que no tienen pelo sin muchas veces vernos en el espejo. En nuestras apreciaciones quedan encerrados muchos prejuicios culturales y psicológicos. No nos gustan los seres viscosos, los animales que viven en lugares insanos, muchas veces despreciamos a los reptadores y ni que decir a aquellos que en su piel tengan verrugas o piel fofa. Quizás en estos actos estamos reflejando nuestros propios miedos a las enfermedades o a lo que nosotros consideramos deformidad, sin mencionar los que nos parece desconocido.
Los rasgos muy exagerados no se presentan por capricho de la naturaleza. La nariz de los murciélagos con su extraña forma, ayuda a emitir sonidos que usan en la eco localización, aunque los vampiros también las usan para detectar las presas por el calor.
La gran protuberancia nasal que tiene el mono narigudo de Borneo juega una gran función en la atracción de su pareja. Ésta es también la causa de que el mono uacarí tenga la cara y la parte de la cabeza completamente pelada, de esta manera las hembras pueden comprobar el estado de salud del macho según la textura de su piel.
Los buitres cuentan con cabezas y cuellos desprovistos de plumas para que no puedan impregnarse con restos de carroña.
Los ratones cavadores lampiños son los únicos mamíferos que cuentan con una estructura similar a la de las hormigas o abejas, en donde una reina se encarga de la reproducción mientras los otros integrantes de la colonia trabajan.
Los animales domésticos si bien son más “lindos” a la vista de los humanos, ciertamente con más débiles y vulnerables. Pero este no es el caso del gato esfinge, que si bien no son lo hermoso que se espera de un gato, al no contar con pelos son muy sensibles a los cambios de temperaturas.
En muchas ocasiones, al nacer, las crías son bastante feas. Los polluelos están desnudos y son barrigones y piden continuamente barriga. A pesar de eso, las crías desarrolladas cuentan con rasgos que encandilan a los adultos y dan ganas de cuidar de ellas, por lo general tienen ojos grandes, narices chatas, mandíbulas pequeñas. Por lo general los animales que nos parecen más feos tienen narices más largas, ojos pequeños y formas más alargadas de lo habitual.
Tapires: la trompa de los tapires del género Tapirus, les permite respirar bajo el agua mientras se ocultan de sus depredadores. Ellos viven en América y Asia y son antiguos parientes de los caballos.
El sentido estético de algunas aves no tiene nada que ver con la del humano. Los machos del cóndor andino exhiben su cresta carnosa, la cual es muy atractiva para sus hembras.
La raza de cerdo Meishan procede de China y su cría se ha extinguido en Occidente. Son muy prolíficos, con camadas de unos quince cerditos.
Los machos de babirusa (un pequeño cerdo de indonesia) tienen unos extraños colmillos que los usa para luchar en rituales por las hembras.
La tortuga mordedora es un feroz depredador que actúa a traición y atrae a los peces con su lengua parecida a la de un gusano.
La rata topo lampiña (Heterocephalus glaber) al vivir bajo tierra no necesita tanto pelo.
Imagen del Heterocephalus glaber
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