Juana de Ibarbourou nació en La ciudad de Melo, en el departamento de Cerro Largo, al este del Uruguay el 8 de marzo de 1892. Sin lugar a dudas es una de las mejores poetas uruguayas y de América, por eso es por muchos conocida como Juana de América. Alcanzó una marcada popularidad en todo el continente debido a su gran talento para la literatura. Pero su arte trascendió fronteras y muestra de ello es que en Lourenzá-España (donde nació su padre) la Biblioteca Municipal lleva su nombre. Su nombre de nacimiento era Juana Fernández Morales pero a los 20 años de edad se casó con un capitán llamado Lucas de Ibarbourou de quien tomó el apellido.
En 1974 fue elegida miembro de la Academia de Literatura uruguaya y 15 años más tarde, en 1959 ganó el Premio Nacional de literatura de su país. El éxito de Juana no se hizo esperar ya que sus tres primeras obras gozaron de gran repercusión internacional y se tradujeron a varias lenguas.
Un dato curioso es que en el año 1932 Juana promueve un concurso a nivel internacional para dotar a la Hispanidad de una bandera. Y de ahí surge la conocida Bandera de la Hispanidad o también llamada Bandera de la raza Hispánica, la cual fue una creación de Ángel Camblor quien en ese entonces ocupaba el cargo de capitán del Ejército Nacional uruguayo y fue izada por primera vez un jueves 12 de octubre de 1932 en la Plaza Independencia de Montevideo.
Juana de Ibarbourou fallece el 15 de julio de 1979 en Montevideo, capital de su país natal.
Sus obras las podemos separar en poesía y prosa.
Obras en poesía:
- Las lenguas de diamante (1919)
- Raíz salvaje (1922)
- La rosa de los vientos (1930)
- Perdida (1950)
- Azor (1953)
- Mensaje del escriba (1953)
- Romances del destino (1955)
- Angor Dei (1967)
- Elegía (1968)
Obras en prosa:
- Cántaro fresco (1920)
- Ejemplario (1928)
- Loores de Nuestra Señora (1934)
- Estampas de la Biblia (1934)
- Chico Carlos (1944)
- Los sueños de Natacha (1945)
- Canto rodado (1958)
- Juan Soldado (1971)
Y para finalizar disfrutaremos uno de sus hermosos poemas:
La Higuera
Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste…
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
¡Hoy a mí me dijeron hermosa!
Fuente de la imagen: 45rpm.com.uy