Al sur de la península Arábiga esta ubicado el desierto de Rub al Jali (Rincón Vacío), una zona en donde las dunas pasan los 300 metros de alto y las temperaturas alcanzan nada menos que a 55º. A pesar de estas condiciones el área no se encuentra tan abandonada como uno supone. En febrero del 2006 un grupo de investigadores, auspiciados por el Servicio Geológico Saudi encontró arañas, roedores, 31 especies diferentes de plantas y 24 de aves.
Esta región antes del año 300 aC era cruzada asiduamente por caravanas que iban a comerciar incienso, la resina que según cuenta la religión cristiana llevaron los Reyes Magos al niño Jesús.
Según nos cuenta la leyenda por esta ruta del incienso se pasaba por la ciudad de Iram o Ubar (Ciudad de los Mil Pilares) de cuya existencia los beduinos habían creado historias fantásticas. Pero Iram existió desde el año 3000 aC hasta el siglo I de nuestra era. Según el Coran, Dios castigo el orgullo de sus habitantes sepultándola. Cuando iba pasando el tiempo creció la leyenda de la urbe, a la que Ptolomeo (100-170) llamo Ubar en su Geographia.
En el año 1932 un primer occidental, llamado Bertram Thomas, cruzó por primera vez el desierto. Y en su libro Arabia Felix cuenta la travesía que emprendió y habla del camino de Ubar. Lo describe como una antigua senda de camellos que se dirigía al norte, al Rincón Vacío, pero los árabes le dijeron que llevaba a un ciudad fortificada llena de riquezas y jardines que se encontraba enterrada bajo la arena.
Dos décadas más tarde, Wilfred Thesiger, otro explorador escucho historias parecidas. A pesar de eso Ubar permaneció en el olvido hasta el año 1980 cuando investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA detectaron imágenes de alta resonancia obtenidas mediante el satélite Landsat. Con estos datos, en el año 1991 se envió una expedición a buscar a Iram. Luego de explorar el área de manera detallada, la pista de las antiguas caravanas los llevo al pozo de Ash Sisar. En esta zona encontraron los restos de un fuerte turco del siglo XVI edificado sobre un sitio más antiguo. Las excavaciones permitieron ver un conjunto de murallas, torres y asentamientos. Los restos dieron a conocer que la zona se encontró poblada durante 5.000 años y vivió un momento de esplendor entre los siglos I y III. A pesar de todo la duda continua.
En temas relacionados con ciudades y tesoros perdidos, Egipto se lleva todos los premios. Uno de sus misterios se refiere al País de Punt, un reino supuestamente situado en la costa africana del océano Indico con que los egiptos mantuvieron una intensa actividad comercial a través de una ruta marítima regular. Esta ruta tenia salida al mar Rojo, los historiadores aun dudan sobre su exacta localización. La opción más probable es Eritrea (por la fauna y la flora que aparecen en los relieves egipcios), algunos también la ubican en Yemen.
Yemen y Somalia también se pelean por la propiedad de otro fabuloso reino: el Saba. En el Antiguo Testimonio se indica que la reina de este ignoto país, fascinada por la sabiduría de Salomón, partió para encontrarse con este rey de Israel. En ciertas partes del Cantar de los Cantares algunos encuentran alguna alusión a los amores entre ambos.
A pesar de eso, la presencia del Templo de Bilqis, el nombre dado a esta reina en la tradición islámica, en la ciudad de Yemen de Marib hizo pensar a los investigadores que pudo vivir al otro lado del mar Rojo.
Imagen de Ubar