Hablar de la Torre Eiffel, es en definitiva, soñar con París; desde que se inauguró un 31 de marzo de 1889, ha pasado a formar parte del paisaje de la ciudad luz y uno de los iconos representativos de Europa.
Este monumento de hierro de casi 350 metros de altura, es tal vez el lugar más visitado de la ciudad (después del Louvre, claro esta). Actualmente ostenta el título de ser el monumento más visitado del mundo, con casi 7 millones de visitas al año.
Construida con motivo de la Exposición Universal y en conmemoración del centenario de la Revolución Francesa, se ubica en un extremo del Campo de Marte a la orilla del conocido río Sena.
Un dato anecdótico es que cuando fue levantada, los constructores tuvieron que enfrentar intensas protestas de la gente de la época, que veían a este monumento como un armazón inútil de hierro y pensaban inclusive que se caería; a su vez una vez terminada, debió enfrentar la amenaza de la destrucción. Sin embargo, ni constructores ni detractores, podían saber que este monumento a la tecnología de su tiempo, se convertiría hoy en el símbolo de Paris.
La hermosa torre muestra su silueta de noche gracias a que esta iluminada por 352 proyectores de 1,000 watts, 20,000 ampollas normales, 800 parpadeantes, las cuales centellean todas las noches e iluminan el cielo nocturno de París y por supuesto 4 reflectores de luces de xenón de 6000 watts en la cumbre para orientar la seguridad del tráfico aéreo.
Cuando la torre se concluyó, era el monumento mas alto del mundo, inicialmente pesaba unas 7,300 toneladas, pero ahora, gracias a las ampliaciones ha aumentado a unas 10,000. La magnifica obra del ingeniero Gustave Eiffel como creador, y de Maurice Koechlin, Emile Nouguier y el arquitecto Stephen Sauvestre como colaboradores, es un ejemplo vivo de lo bueno que el hombre puede lograr.
Para ascender a este monumento se puede emplear un ascensor o de lo contrario y con un poco de ejercicio, subir los 1,665 escalones, el resultado es el mismo, aunque el cansancio no. Gracias al ascensor, sin embargo podemos llegar a la cima (276 metros) a diferencia del sistema de escaleras que nos permite sólo el ascenso al segundo piso. Sin embargo es más tradicional usar las escaleras y disfrutar del contacto más directo con esta construcción, de paso se podrá observar paso a paso la ciudad luz e inclusive tomar buenas fotografías.
Entre las muchas curiosidades y lugares históricos de la torre, está la sala de máquinas diseñadas para el control de los ascensores; otro ambiente es la “galería técnica” del primer piso y uno más es el bunker militar del periodo de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo hay que tener en cuenta que estas visitas requieren necesariamente de un guía oficial y autorizado, no así la visita normal. Lo recomendable amigos es por supuesto, gastar unos euros más y conocer la Torre Eiffel, con todas sus historias, de seguro los guías entrenados nos harán fácil este hecho, contándonos detalles técnicos, historias y cosas curiosas que han pasado en la ya larga vida de esta bella dama.
Créditos: imagen obtenida de Wikipedia, autor: Tristan Nitot.