Buenas noches a todos. En primer lugar, pedir disculpas por la ausencia del jueves pasado, pero el tiempo es oro, y cuando uno no dispone de oro, no dispone de tiempo. Hace falta mucha organización para llevar todo hacia adelante, y a veces ésta, la organización, falla. Hoy vuelvo a hablar de Curiosidades Lingüísticas. Estamos en la entrega número veinte ya, la vigésima edición de esta sección dedicada a las curiosidades que oculta la lengua y que se nos desvela de diversas fuentes, directas o indirectas. La de hoy es indirecta, pero basada en una fuente bastante directa.
Aprovecho la ocasión para hablar del tema porque recientemente una compañera de La Gran Red ha publicado en el blog de Literatura un artículo sobre la poetisa griega Safo, una de las reinas de la palabra que nos ha legado verdaderas joyas. Safo vivió en la isla de Lesbos, de ahí el título de este artículo. Y durante toda su vida estuvo rodeada de mujeres enseñándoles el arte de amar. Pero como no podían practicar con hombres, las caricias, besos y demás cuestiones del arte amatoria tenían que practicarlas entre ellas mismas.
De aquí es de donde se extrae la palabra “lesbiana”. Las lesbianas en realidad eran las mujeres que vivían en la isla de Lesbos. Precisamente por eso es por lo que en la actualidad el término “lesbiana” está más relacionado con la homosexualidad femenina que con ningún tipo de culto a la diosa de la literatura griega Safo. Las relaciones lésbicas son, por tanto, las relaciones que mantenían la poetisa con sus discípulas, y de ahí se extrae el significado que actualmente tiene la palabra.
Ha habido muchas especulaciones sobre el tema de la homosexualidad femenina y su relación con la poetisa y con sus discípulas, pero me remito a la información proporcionada por una excelente profesora de griego de la que tuve el gran honor de ser alumno. Y esta información era exactamente la que más arriba queda relatada.
Habrán notado los que lean esto que este artículo pueda no estar referido a las curiosidades lingüísticas en general, puesto que no habla directamente de un fenómeno específico que se dé en nuestra lengua ni en ninguna otra. Pero eso no quiere decir que no se esté hablando aquí de lingüística: la lingüística es más de lo que aparece por escrito o pronunciado en nuestra lengua; la determinación del lugar en el que se desarrolla una conversación, por ejemplo, es otro aspecto que también estudia esta disciplina. Me refiero al tema de las relaciones lésbicas: hoy se entienden como tal a relaciones sexuales entre mujeres, y eso es un aspecto de carácter lingüístico que tiene mucho que ver con el origen de la palabra.
Bueno, pues hasta aquí el artículo de esta semana sobre las curiosidades de la lengua. Espero no haberles aburrido, espero que les haya gustado y que dentro de una semana volvamos a hablar aquí, en jueves y, espero, por la tarde, de algún tema en particular relativo a los fenómenos curiosos que esconde nuestra lengua. Que pasen buena semana.