Muchas veces la naturaleza es prodigiosa. Un joven adolescente no vidente tuvo la capacidad de desarrollar la habilidad de “ver” a través del sonido.
La naturaleza es sabia, todos sabemos eso, y más si tenemos en cuenta que en muchas ocasiones preparó a diferentes especies con un mecanismo conocido como ecolocación que, mediante la emisión de un sonido y su posterior rebote, ayuda a identificar las distancias que existen entre los objetos. Es el principio con el que pilotean todas las especies de murciélagos, y es el mismo mecanismo básico que usan los radares, esta técnica también fue desarrollada por un joven que vive en Sacramento (Estados Unidos). El joven se llama Ben Underwood y desafortunadamente perdió ambos ojos por culpa de una forma de retinoblastoma cuando solo tenía tres años de edad. Ben nunca se considero una persona no vidente y si uno no lo conoce y sabe de su problema tampoco lo sospecha. El es capaz de doblar en las esquinas cerradas con sus rollers. Este muchacho usa la ecolocación: chasqueando la lengua, trata de crear olas de sonido que rebotan contra los objetos para así tener un parámetro de distancias. De esta forma el adolescente puede identificar el entorno que lo rodea y el trayecto por el que debe seguir. Además, puede determinar el material con el que está hecho el ambiente. Si los ecos son suaves, el sabe que son metales, si son más densos es porque los ecos deben enfrenta a un obstáculo de madera y si son agudos es porque tiene un vidrio cerca suyo.
Ben tiene la posibilidad de jugar al básquet, baila y pasea en su bicicleta gracias a sui método, que realmente es muy poco común en los seres humanos. En cuanto a su enfermedad, los últimos análisis que se realizó revelan que el tumor que poseía prácticamente ha desaparecido.
Foto: Ben Underwood