Naves lanzadas por la NASA

Las naves que fueron lanzadas por la NASA al espacio, sobre todo los satélites, han ayudado a ver de manera diferente al universo. Y nadie duda que todavía quedan miles de sorpresas por descubrir.

Una de las consecuencias más importantes de la era espacial es la creación de los satélites. Ellos se han convertido en el sistema nervioso central y los órganos sensoriales de nuestro planeta Tierra. Los satélites tiene la capacidad de observar desde el espacio todo lo que sucede en nuestro planeta, la vida vegetal, el clima, como se desplazan las sustancias contaminantes, como cambia la fisonomía de las ciudades, realizan investigaciones arqueológicas, ven las erupciones volcánicas y ayudan a controlas la comunicación y la navegación de nuestro mundo.

Formando un conjunto de lentes, los telescopios y satélites están ubicados a diferentes longitudes de onda que van desde las amplias crestas y valles herzianos hasta los rayos gamma de muchísima energía, pasando por los microondas, la radiación infrarroja y los rayos X. es asombroso saber que la información es recibida continuamente por cientos de computadoras que se encuentran en centros especializados y universidades en lugares del mundo donde menos lo esperamos.
Hay satélites que son grandes y otros pequeños, hay algunos sofisticados y otros más simples, muchos están en secreto y otros fueron lanzados en forma pública, variedad en el tema es lo que sobra.
El Directorio de Ciencias de la NASA ya cuenta con una lista de 194 misiones que fueron realizadas, en funcionamiento, en desarrollo y el estudio.
Estas misiones tiene el objetivo de ayudar a entender el origen del universo y la física exótica. Pretenden descubrir planetas que se encuentran alejados y visitar a nuestros vecinos. Con ellos se hacen mapas del universo, las galaxias y las nubes de asteroides del Sistema Solar. También ayudan a entender los cambios climáticos que sufre la Tierra.

Hay misiones que se realizan en forma secreta y son desconocidas. Un caso de ellos fue la Plataforma de Seguimiento Interplanetario, que es una estructura con forma de cilindro de 500 kilos que durante 28 años estuvo juntando datos de lo que fue denominado por la NASA como “medio ambiente interplanetario”; rayos cósmicos, viento solar y magnetosfera. Otros satélites ocuparon más de una portada en algún periódico cuando fue lanzado, un claro ejemplo de esto fue el telescopio COBE (Explorador del Fondo Cósmico), quien poseía unos detectores de radiación de microondas, el demostró que el universo nació de una explosión (el Big Bang).
Por su parte el Hubble fue el instrumento científico más famoso de toda la historia espacial, al comienzo tubo sus problemas (para que negarlo), precisando de un equipo de emergencias para corregir sus lentes, pero una vez solucionado fue capaz de captar imágenes a una distancia de 11.000 millones de años luz. Este telescopio nos revelo que existían 40.000 millones de galaxias y un universo en rápida expansión. El Hubble generó la escritura de más de 7.000 artículos de tipo científicos es sometido en octubre de este año a su ultima revisión. Con la ayuda de ese testeo podrá funcionar unos cinco años más. Mientras tanto se está gestando su sucesor, que será el Gran Telescopio James Webb cuyo espejo segmentado de 6.5 metros de diámetro promete multiplicar las proezas de su antecesor (que posee un ojo de 2.4 metros).

Como cada vez se están buscando instrumentos más poderosos, se lanzaran en poco tiempo una flotilla de nuevos telescopios. Por ejemplo el Joint Dark Energy Mision (Mision Conjunta para la Energía Oscura), este aparato esta destinado e revelar el mayor misterio que existe en la astrofísica.
Otra misión más que interesante se llama LISAS (Antena Espacial por Interferometría Láser) que se encargará de estudiar las ondas gravitacionales.

Por otra parte, aun se sigue con curiosidad el recorrido de las sondas Voyager que luego de 31 años están a 16.000 millones de kilómetros de nuestra Tierra, la misión Cassini que fue dirigida a Saturno o el robot Phoenix que hace poco se encargó de encontrar agua congelada en los polos de Marte.

Foto: Satélites