El ser humano es la máquina perfecta creada por la misma naturaleza, misma que se ha abocado a destruir que a crear, y es que observando el panorama desde un punto de vista genial, podemos ver la grandeza del ser humano y toda su capacidad para crear y para percibir. Como en el tema que abordaremos en este espacio. El ser humano en si cuenta con grandes aparatos que se encargan cada uno de realizar las funciones correspondientes para que el cuerpo reaccione a la perfección, como el aparato respiratorio y el sentido del gusto que es el tema al que nos centraremos aquí.
La lengua, que nos sirve como instrumento del sentido del gusto, y que envía las sensaciones de sabor a nuestro cerebro, es de suma utilidad, y es bueno saber que nuestra lengua no es sólo el trozo de piel babeante que sale a pocos centímetros de nuestra boca, sino que la lengua humana mide diez centímetros de longitud. Además del sentido del gusto, el sentido del olfato es otro de los importantes pues también emite sus señales correspondientes al cerebro, por ello para mejorar nuestra percepción de olores es necesario inhalar con gran fuerza para así, mayor numero de sustancias olfativas llegan a la recepción de la nariz que enviara la información para que el cerebro la procese y la detecte correctamente.
Todos los seres humanos contamos con papilas gustativas, esas que funcionan con los sabores, es común saber que platillo es nuestro preferido de acuerdo a la reacción de las papilas gustativas que han procesado la información del gusto. Pero estas reaccionan sólo al momento de tener sobre si los alimentos o la sustancia a degustar ya que debe la saliva disolverla para cumplir el proceso. Un dato interesante de saber es que cuando nacemos y somos aún bebes, contamos con papilas gustativas por toda nuestra boca, y estas se van disolviendo conforme vamos creciendo, marginándolas solo al área de nuestra lengua.
El ser humano es una maquina demasiado inteligente y programable, pues es capaz de detectar miles de olores, aún así procesar y guardar la información de los olores más desagradables, que si se le habitúa a malos olores al ser humano, este inmediatamente hace por bloquearlos y poder convivir con ellos sin percibirlos como malos olores, simplemente los ignora y programa el mecanismo humano para no distinguirlos. Pero las maravillas de nuestro olfato no son eternos, pues conforme se envejece se va perdiendo la capacidad del sentido, y no logramos distinguir a ciencia cierta los verdaderos olores, esta degeneración del sentido es normal pues es el proceso evolutivo. Un dato interesante del olfato es saber que las aves no cuentan con el sentido del mismo, por lo tanto no huelen, cosa contraria con los insectos que gozan de muy buen olfato pero que su recepción se encuentra en sus antenas.
Aproximadamente los humanos podemos distinguir sin equivocación entre dos mil y cuatro mil olores diferentes, pero el animal que más olores distingue científicamente comprobado es el cerdo, con capacidad de recepción de más de cinco mil olores.
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