A mediados de los 90, un equipo de arqueólogos submarinos liderados por Jean-Yves Empereur y el arqueólogo especialista en egiptología Jean-Pierre Corteggiani realizan exploraciones en el puerto de Alejandría en Egipto. Debemos recordar que este fue uno de los principales puertos comerciales y militares de la antigüedad, hogar de hermosos palacios, de la biblioteca del mismo nombre ubicada dentro del edificio del Museo (que se dice guardaba las obras originales de los autores clásicos como Platón, Sócrates, Aristóteles, Plutarco, etc) y del Palacio de Cleopatra, última reina de las dinastía de los Ptolomeos y última reina independiente de Egipto antes de su conquista por el Imperio Romano.
Estatua de Tolomeo II a las afueras de la biblioteca de Alejandría en la actualidad
Las aguas tranquilas del puerto ayudan a visualizar en el fondo una serie de columnas de granito y mármol, obeliscos con inscripciones, estatuas grandes y pequeñas, miles de restos de vasijas, madera, etc, una amalgama de edades y estilos que quedaron abandonados ahí debido a los efectos del terremoto del 21 julio del año 365, en que la ciudad de Alejandría es devastada y se hunde (según se calcula) el 20% de la ciudad. Según las fuentes antiguas se produjeron un promedio de 50 mil muertos.
El gran tesoro arqueológico estaba a unos 7 mts de profundidad, y entre la cantidad de objetos, uno de ellos destacaba por sobre los demás: una colosal estatua de granito de 5 metros de alto midiendo desde los hombros a los pies, ya que no tenía cabeza. La estatua estaba boca abajo, y sin duda esta en peligro, así como las demás piezas, debido a que en aquella época se empezó a construir un gran rompeolas y para ello se lanzaban al mar, enormes bloques de concreto que seguramente, sepultaría esta riqueza arqueológica.
Debemos destacar la labor de estos pioneros al rescate de los tesoros de la Alejandría sumergida, con esfuerzo y dedicación consiguen el patrocinio de la empresa de documentales Gédeon y de la Fundación Elf. La primera labor es mover la estatua de su ubicación original, la estatua pesa 17 toneladas aproximadamente, y es levantada finalmente por un buque grúa para ser llevada a la costa. El gran problema de la estatua es que no había manera de identificarla ¿Recuerdan que no tenía cabeza?; investigaciones realizadas en documentos indican que por su forma y tamaño podría pertenecer a la estructura del famoso Faro de Alejandría, y sería una de los dos estatuas que estarían a las puertas del mismo y que rompieron con el terremoto del año 1,303 que as u vez destruyó completamente el faro, por tanto los restos debían estar en el agua.
Las actividades de buceo posteriores encontraron la cabeza de la estatua a 10 mts de la ubicación original del torso, este hallazgo permitió determinar que la estatua corresponde a la imagen de Tolomeo II. La imagen fue restaurada en el taller Cognard en Marsella y fue exhibida por un tiempo en la exposición «La Gloria de Alejandría» en París. En la actualidad adorna la nueva Biblioteca de Alejandría.