La justicia puede definirse como el concepto que cada periodo de tiempo y civilización tiene con respecto a las normas y criterios necesarios para establecer un entorno adecuado de convivencia, donde exista algún tipo de igualdad, y se pueda consolidar un estado de equilibrio y armonía entre las personas; aunque también toma en cuenta las relaciones e interacciones que se dan con las instituciones.
A continuación mostraremos la etimología y significado de la palabra justicia.
Justicia
Los origines de la palabra están en el latín, habiendo derivado a partir del término “iustitia”, que estuvo profundamente enlazado con el derecho, no existiendo incluso una forma particular de referirse al uno o al otro, sino que se usaban palabras que se entendían tanto como derecho y justicia al mismo tiempo.
Aunque el concepto de justicia se puede entender como universal, ya que obedece a principios básicos para que una existencia en sociedad se pueda consolidar, como lo son el respeto y la equidad; también es importante tomar en cuenta que cada comunidad, al margen de su tamaño, ésta condicionada a sus creencias y costumbres, influenciadas directamente por aspectos como la geografía y el tiempo, por lo que la justicia puede ser aplicada de una forma totalmente distinta a lo que usualmente es visto como convencional.
Un ejemplo de lo antes mencionado está registrado en una práctica realizada en la antigua y célebre ciudad de Esparta. En la cual, y a razón del sistema social que tenían, completamente enfocado a la formación militar, los recién nacidos que presentaban algún tipo de defecto físico eran arrojados desde la cima del monte Taigeto, esto era visto como algo justo y necesario para poder mantener la excelencia bélica que caracterizaba a los espartanos.
En el aspecto filosófico, la justicia puede ser vista como una virtud, ya que todo ser humano está en la facultad de manifestar un pensamiento justo, respaldado por valores esenciales que conllevan a un accionar con sentido ético, siempre mostrando honradez, y buscando la igualdad de todas las personas.
En el derecho, la mejor forma de entender al estado ideal de justicia es bajo la interpretación que tenían los antiguos romanos, quienes la concebían dotándola de atributos antropomórficos y simbologías puntuales que definían con precisión cómo debía ser aplicada. Para ellos, la justicia era una dama con los ojos vendados, que sostenía una balanza en una mano, y una espada en otra. Esto se entiende como que debe ser imparcial (la venda), siempre basarse en pruebas contundentes (la balanza), y aplicar las sentencias con eficiencia (la espada). Actualmente se pueden encontrar muchas estatuas con esta representación.