Sin alergia gracias a los gusanos

En el año 2004 David Pritchard se vendó unos días su brazo, lo curiosos del caso es que la venda estaba cubierta de larvas de Anquilostomas. Al cabo de unos días estos parásitos ingresaron al organismo por la piel.

Cabe destacar que David Pritchard es inmunólogo y biólogo de la Universidad de Nottingham y su experimento no fue realizado por masoquismo sino con fines investigativos.

La investigaron vino como consecuencia que en la década del 80 realizando una investigación de campo en Papúa Nueva Guinea vio que los habitantes de esta zona infectados con el anquilostoma o uncinaria Necator americanos, parásitos que vivía en las entrañas del cuerpo humano, no mostraban demasiada incidencia de una variedad de enfermedades auto inmunes relacionadas, entre las que se puede mencionar la rinitis alérgica (más conocida como fiebre del heno) y el asma.

Con el paso de los años el investigado formó su propia teoría al respecto: “La respuesta alérgica evolucionó para ayudar expulsar a parásitos y creemos que los gusanos han hallado una forma de apagar el sistema inmunológico para poder sobrevivir, por eso la gente infectada tiene menos síntomas alérgicos”.

En un comienzo Pritchard uso su propio cuerpo para realizar la investigación, pero actualmente recluta a personas que estén dispuestas a ser infectadas con 10 arquilostomas cada uno, con la esperanza de curarlos de sus alergias y asma.

Los anquilostomas infiltran el organismo de las personas cuando las larvas (que vienen de los huevos del excremento de las personas infectadas) ingresan en la piel, generalmente por las plantas de los pies, de ahí, a través de la sangre llegan al corazón y los pulmones. En esos órganos maduran y se convierten una vez que llegan al intestino delgado donde pueden quedar alojados por años adheridos en las paredes intestinales. Las personas que tienen mayores cantidades de anticuerpos relacionados con alergias por su sangre tenían parásitos más chicos y menos fértiles, esto nos lleva a la conclusión de que estos anticuerpos otorgan cierto nivel de protección contra la infección parasitaria.

Las conclusiones a las que llegó fueron: que luego de 6 semanas, los linfocitos T de los 15 receptores de gusanos comenzaron a producir niveles más bajos de sustancias químicas asociadas con respuestas de la inflamación.

Los participantes quedaron muy contentos ante la desaparición de sus síntomas de alergias.

Ahora Pritchard tiene ambiciones mayores y pretende realizar estas pruebas a mayor escala y así publicar sus resultados el próximo año.

Más info: The New York Times.

Foto: Larvas de Anquilostoma