Nota inicial: creo que este artículo se merece estar en el blog de curiosidades más que en el blog de literatura, sólo –sólo, he dicho– por la curiosidad de que una tilde, una sola –sola–, puede cambiar todo el significado de una palabra. Veremos tres casos: dos sobre lo que he nombrado del “solo, sólo”, y uno sobre tildes en general, verán la curiosa diferencia.
Recordando las reglas ortográficas ayer caminando por la calle, vi un cartel con el que se podría explicar perfectamente en una clase de Gramática –de las que ya no se imparten, por cierto– la teoría del “solo” adjetivo y del “sólo” adverbio.
¿Qué ocurre si llega usted a una máquina de café y ve un papel en la pantalla –un papel, que no un letrero de la máquina, que hubiese sido mucho más grave– en el que aparece escrito lo siguiente: El café solo sale sin leche, no es algo confuso? Bien, ocurre que es evidente que el café solo sale sin leche, porque si no, no sería café solo, sería café con leche. Lo correcto hubiera sido “El café sólo sale sin leche”, porque a lo que realmente hacía referencia es a que no había leche en la máquina para hacer el café mezclado. ¿Queda mejor así, entonces? No es que quede mejor –muchos dirán: claro, queda mejor–, no señor, es que así es correcto, de la otra manera no era correcto, y la única manera de saber si se refería el que escribiera el cartel a que no había leche, es usar el sentido común y permitir que el cenutrio de turno escribiese eso. Bien, podría ocurrir si estamos hablando de una máquina que estuviese en medio de la calle y que pudiera dirigir cualquiera, pero ¿qué ocurre si les digo que esa máquina se sitúa en el patio del conservatorio profesional de música de Cádiz? Pues… alguien hay por ahí trabajando en el propio conservatorio que no sabe escribir –lo que debería ser básico para entrar a trabajar en cualquier puesto decente–.
El caso que señalo en el título es otro diferente, y consistiría en hacer algunos cambios en la estructura sintáctica. Utilizando hipérbaton podríamos decir: Solo vienes para referirnos –por medio de un complemento predicativo– a que el receptor del mensaje viene solo, sin nadie más; pero, en cambio, si dijésemos sólo vienes haríamos referencia –por medio de un adverbio– a que el receptor únicamente viene si pasa algo, por ejemplo: Sólo vienes si te llaman. Podríamos enfrentarlo a: Solo vienes si te llaman. Evidentemente, esta construcción no se utiliza en el lenguaje coloquial, ni siquiera en el culto, si no hablamos de lenguaje poético.
Por último, voy a hacer referencia –breve, muy breve, porque no requiere la situación una explicación más profunda– a un concepto que muchos estudiantes, y no estudiantes, de hoy en día confunden y no les dan importancia: la tilde en ciertas palabras. Es posible que haya palabras cuya acentuación pueda confundir a la hora de poner una tilde, como es el caso de huido o leído –ambos participios, ambos con tilde distinta debido a su acentuación, debido al hiato de “leído”–. Ahora bien, hay palabras que son, digamos que “regulares”, como es, por ejemplo, el verbo animar y el sustantivo correspondiente. Me explico: la palabra puede llevar tres tildes en tres sílabas distintas, y cada una cambia completamente el significado. En primer lugar, podemos decir animo, cuya tilde no aparece porque el acento recae en la penúltima sílaba –y se supone que se sabe que las palabras llanas no llevan tilde si terminan en vocal, ¿es necesario recordarlo?–. ¿Qué significa eso? Pues eso es un presente de indicativo en primera persona del singular que significa lo que sabemos que significa, para qué explicar su significado –al menos la palabra sí se conoce, aunque no su acentuación–. Bien, veamos el segundo ejemplo: animó, tercera persona del singular del pretérito perfecto simple del verbo “animar”, el mismo caso, pero con la tilde en otra sílaba, la aguda, que conlleva un cambio en el significado. Y en tercer lugar, y para terminar ya, veremos el último ejemplo: ánimo, sustantivo hasta el fondo de su alma, y con tilde en la esdrújula. ¿Cambia o no cambia el significado de una palabra según su tilde? Es lo mismo que ocurría con el “solo” y el “sólo”.
Por favor, aprendan la lección, aprendan a escribir, les servirá.
muy sonso su concepto
Creo que otro buen ejemplo sería «este» y «esta».
Le escribo esta carta desde el Este, ésta fue enviada con la esperanza de que esté usted bien, ya que no confio mucho en el mensajero, éste a veces no lleva los mensajes, está por ser despedido. Se despide, este que sigue siendo su seguro servidor.
Un ejemplo absurdo, me lo acabo de inventar :p, pero creo que ejemplifica los distintos usos de «este» y «esta»